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lunes, 29 de octubre de 2018

La prevención del VIH, un problema pendiente. Cada año se diagnostican en España 4.000 nuevos casos, el 40% en fases avanzadas, lo que revela una alarmante tasa de retraso diagnóstico en nuestro país.

Se celebró en Madrid la tercera edición del congreso de Investigación para la Prevención del VIH (en inglés, HIV Research for Prevention, HIVR4P). Esta cita internacional tiene lugar cada dos años y reúne a los máximos expertos mundiales que trabajamos para frenar la expansión de la epidemia a través de la investigación sobre los mecanismos de transmisión, el desarrollo de vacunas, el diseño de medidas de salud pública y las intervenciones farmacológicas. Científicos de áreas muy diferentes, pacientes y grupos de presión nos reunimos para escuchar y aprender los unos de los otros. Su carácter multidisciplinar hace del HIVR4P una oportunidad única. Durante cuatro días, los 1.500 congresistas, procedentes de 40 países, discutiremos más de 1.000 ponencias y estudios con un único objetivo: acabar con el VIH.
Es la primera vez que esta conferencia visita Europa, y Madrid ha sido la ciudad elegida, en gran parte, gracias a la lucha contra la infección por el VIH que se realiza en nuestro país. España ha sido un ejemplo internacional de cuidado de los pacientes con infección por el VIH. Nuestros pacientes son atendidos en consultas hospitalarias dedicadas exclusivamente a dicho fin, cuyos profesionales tienen un alto grado de conocimiento y experiencia en el manejo de la enfermedad. Asimismo, el tratamiento está completamente cubierto, al 100%, por el sistema público de salud y existe una amplia conciencia ciudadana de respeto y tolerancia. Nos sentimos orgullosos de estos logros, en los que han participado miles de profesionales, pacientes y ciudadanos, formando lo que denominamos la comunidad VIH, que reivindicamos como un hito social de gran valor y trascendencia.
Gracias a la investigación se han conseguido tratamientos de gran eficacia que han transformado la infección por el VIH en una enfermedad crónica. Sin embargo, no podemos cantar victoria. Primero, porque solo el 54% de los adultos que requieren tratamiento en todo el mundo lo reciben. Todavía hoy se producen infecciones en bebés durante el nacimiento o la lactancia, ya que un 24% de las mujeres embarazadas no reciben tratamiento. No podemos permanecer insensibles al hecho de que en 2016 existían en el cono sur africano 25,6 millones de personas infectadas. Ese mismo año murieron un millón de pacientes que podían haberse salvado y se produjeron 1,6 millones de nuevas infecciones.
En España también tenemos retos pendientes. Desde hace una década, cada año se diagnostican alrededor de 4.000 nuevos casos de infección por el VIH. Este dato alarmante es consecuencia de dos factores. Por una parte existe una infección oculta, es decir, las personas no saben que son portadoras del virus, y lo transmiten a otras personas. El hecho de que el 40% de los nuevos diagnósticos se produzca en fases avanzadas de la enfermedad revela una alarmante tasa de retraso diagnóstico en nuestro país. Por otro lado, no todas las medidas de prevención funcionan y una parte de la población no hace uso de ellas, como es el caso del preservativo.

A estos desafíos hay que sumarle otros, como por ejemplo el retroceso que hemos experimentado en las políticas activas de prevención, asistencia y cuidado de la población con VIH. En un gesto insolidario sin precedentes: España ha cancelado prácticamente su participación en el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, del que había llegado a ser el quinto donante. El Plan Nacional del Sida fue desarbolado al recortarse su presupuesto en más de un 80% a partir del año 2012. La investigación sobre el VIH ha sufrido, como todas las áreas de la ciencia, un recorte de más del 50% respecto a 2008. Pero quizás el síntoma más grave sea la falta de reacción frente a la persistencia de nuevas infecciones, que exige una política de salud pública que incluya campañas dirigidas a población de riesgo, la detección precoz de los casos ocultos y la implantación de la PrEP.
¿Qué puede hacerse ante esta situación? En los últimos años se ha demostrado científicamente que la denominada profilaxis pre-exposición (PrEP), que consiste en la toma de medicación por parte de la población en alto riesgo, protege de la infección con una eficacia del 85%. Se estima que la implantación de la PrEP supondría una reducción significativa y progresiva del número de nuevos casos de VIH y la experiencia de otros países o ciudades así lo corrobora. Este tratamiento fue aprobado en el año 2016 por la Agencia Europea del Medicamento y su aplicación depende del gobierno español, que hasta el momento no ha realizado ningún movimiento en este sentido.
Todo esto sucede en un tiempo en que algunos objetivos que parecían inalcanzables son ahora posibles, como es el caso de reducir a cero las nuevas infecciones. Es una posibilidad a nuestro alcance. Muchas ciudades occidentales, como París, Londres o Ámsterdam, han adoptado el compromiso de luchar contra la propagación de la infección y han proclamado como objetivo el ser ciudades libres de la infección por el VIH. A pesar de anuncios y buenas palabras, en España todavía esperamos que los grandes ayuntamientos del cambio tomen partido por políticas activas más allá de las declaraciones. Hoy por hoy, podemos afirmar que España compite, más bien, por alcanzar el último puesto europeo.
No quiero terminar sin hacer referencia a dos aspectos que son, quizás, los más graves: insolidaridad y estigma.
Ya he mencionado los recortes de los fondos aportados por España al Fondo Global de Lucha contra el Sida, que forma parte de los recortes salvajes realizados en los fondos de ayuda al desarrollo. Françoise Barré-Sinoussi, premio Nobel, investigadora ejemplar y mujer comprometida, lo dijo claramente en la visita que realizó al Instituto de Salud Carlos III: “Si el gobierno de España corta los fondos de ayuda al desarrollo, será culpable de muertes por sida en África”. Siguiendo su ejemplo, como ciudadanos nos corresponde denunciar esa situación y movilizar a nuestras instituciones para evitarlo.
Respecto al estigma, a pesar de que vivimos en una sociedad avanzada y tolerante, todavía queda mucho camino por recorrer para evitar la discriminación de los pacientes con infección por el VIH, especialmente la que afecta a los que, además, son discriminados por sus tendencias sexuales, como es el caso de los hombres que tienen sexo con otros hombres. Seguimos sufriendo agresiones homófobas y los derechos de las personas transexuales se ven, a menudo, seriamente afectados.
Una sociedad avanzada apuesta por el conocimiento y protege a las personas vulnerables. En la infección por el VIH, la ciencia marca el camino a seguir: es posible controlar la epidemia y debemos conseguirlo de una vez. Es el momento de que nuestros representantes, nuestros políticos, y toda la ciudadanía nos comprometamos a detener la epidemia, para poder afirmar, en un futuro no muy lejano, que el VIH es un problema resuelto.
Pepe Alcamí es presidente del congreso de Investigación para la Prevención del VIH (HIVR4P) y coordinador de la Red Española de Investigación en Sida (RIS).

miércoles, 24 de octubre de 2018

Valencia es la primera comunidad que permite entrar en la policía a personas con VIH y diabetes.

 Por primera vez en más de 30 años, una comunidad no excluirá a las personas que tengan VIH de las pruebas para acceder a la policía autonómica. El decreto 180/2018, de 5 de octubre, del Gobierno valenciano (PSOE, Compromís y Podemos) establece que serán excluidas de las pruebas para pasar de interino a tener plaza en la policía municipal aquellas personas que tengan "enfermedades inmunológicas sistémicas no asintomáticas que imposibiliten el desempeño del puesto de trabajo". Esta redacción, dada la vuelta, quiere decir que serán admitidos quienes tengan una enfermedad inmunológica sistémica (en este caso, infección por VIH) si son asintomáticos, explica Julio Gómez, presidente de la Coordinadora de ONG Trabajando en Positivo, que se dedica, precisamente, a combatir la discriminación laboral de las personas con VIH.
Tanto las policías como el Ejército y la Guardia Civil son las profesiones de la función pública que tienen lista de excepciones para admitir a personas con determinadas patologías. En el caso del VIH, al principio se basó en el riesgo de que un agente portador infectara a otra persona en el transcurso de sus tareas. Luego, en que no estuviera en condiciones para ejercer su trabajo. Pero los tratamientos de alta eficacia actuales tienen como consecuencia que la mayoría de los infectados no puedan transmitir la infección, y que muchos no tengan complicaciones.
No son los únicos afectados por enfermedades que han visto modificada su situación. En anteriores convocatorias también se excluía a afectados por diabetes, que ya no aparecen en este decreto. Ni psoriáticos ni celiacos. Los diabéticos aplauden esta iniciativa pero esperan que se extienda a todos los ámbitos administrativos. Desde la Federación Española de Diabetes (Fede) están en conversaciones con todos los partidos políticos para que las oposiciones de la Administración General del Estado tampoco discrimine estas enfermedades en sus oposiciones para cuerpos de seguridad, bomberos, etcétera. "Se aprobaron iniciativas en el Congreso y el Senado en este sentido pero nunca llegaron a implantarse los cambios", dice una portavoz de esta organización.
Fede sostiene que "para ellos es una novedad no figurar en las exclusiones", pero advierte de que esta es solo una orden autonómica y que van a "por las leyes nacionales donde se excluye a personas con diabetes, VIH, celiaquía, psoriasis y otras y que son de las que emanan las órdenes autonómicas". Los afectados por diabetes recuerdan que hay una proposición no de ley aprobada por unanimidad en el Congreso y que quieren que se desarrolle".
"Pedimos que no se excluya a las personas en función de diagnósticos que tengan, sino de su estado de salud en función de cómo afecte al desempeño de su trabajo. En ningún caso, como sucede actualmente, afectará a quien contraiga o desarrolle un enfermedad una vez esté en el Cuerpo", prosiguen en la Fede.
Por su parte, Julio Gómez destaca que su organización, sobre todo a nivel regional, el Comité Antisida de València y la Coordinadora valenciana CALCSICOVA, han trabajado desde 2016 para convencer a las autoridades de que la situación actual del conocimiento del VIH no justificaba esa limitación. Para ello ha sido fundamental una recomendación al respecto de este año del Plan Nacional sobre el Sida del Ministerio de Sanidad que, revisando las condiciones de admisión de los cuerpos y fuerzas de seguridad, concluyó que "en el ámbito laboral, el estado serológico de las personas con VIH no sería causa de exclusión, ya que actualmente en España, más del 90% de las personas con VIH están recibiendo tratamiento y, de estas, más del 90% presentan carga viral indetectable. Solo aquellas personas que no cumplen o no responden al tratamiento antirretroviral, o que presentan ciertas comorbilidades, pueden presentar una pérdida de funcionalidad y una incapacidad laboral como consecuencia de su estado clínico". 
Además, como señalan las ONG autonómicas en una nota, en este caso ha sido fundamental el apoyo de diversas instancias del Ejecutivo autonómico, que "han respaldado mediante informes la mejora de la capacidad física y del estado de salud de las personas con VIH gracias a los avances farmacológicos de los últimos años, así como la ausencia de riesgo de transmisión a terceras personas debido al desempeño de las funciones inherentes a estos Cuerpos, puesto que las medidas de precaución universal serían suficientes".
En verdad, este decreto en concreto va a tener poco efecto práctico. Las ONG y Sanidad conocen casos de personas con VIH en los distintos cuerpos de seguridad, pero si no se les ha aplicado la exclusión se debe a que "no lo han dicho", explica Gómez. De hecho, en una encuesta sobre la situación laboral de las personas con VIH que hizo el Ministerio de Sanidad en 2017 participaron militares, policías y guardias civiles (estos cuerpos no hacen pruebas de detección del VIH en sus reconocimientos médicos, como avala el informe del Plan Nacional sobre el Sida acerca de ellos). En España hay unas 150.000 personas con VIH, un dato que no se puede afinar más porque se calcula que alrededor del 13% no lo sabe.
En Valencia esta primera excepción se va a aplicar a policías interinos que van a consolidar plaza, por lo que serán pocos aspirantes. Pero para las organizaciones que lo han impulsado tiene el mérito de romper el bloqueo existente, y confían en que las demás comunidades y la Administración central sigan su ejemplo.
Fuente: El País.
Avanzando pasito a pasito ;)
Lua.

martes, 23 de octubre de 2018

Adolescentes con VIH en España: víctimas del miedo y la inconsciencia.

Hace tiempo que la lucha contra el VIH en Europa logró una de sus victorias más trascendentales: acabar con las nuevas infecciones en recién nacidos. Esta victoria, que todavía no se ha dado en otras regiones del mundo a pesar de que el número de nuevos diagnósticos cae año a año, ha puesto el foco en el siguiente rango de edad que contemplan las estadísticas oficiales: de los 15 a los 19 años. En España, según los datos provisionales del Ministerio de Sanidad, se detectaron en 2016 43 nuevos casos de adolescentes con el virus. ¿Cómo se transforma su vida tras el diagnóstico? ¿Cómo cambia la relación con su círculo? ¿Qué hacen en el colegio o en el instituto al que acuden? Y, primero de todo, ¿cómo se han infectado?
Marisa Navarro, experta en VIH pediátrico, atribuye los nuevos casos a las relaciones sexuales no protegidas: "Antes no teníamos y ahora estamos viendo casos de chicos entre 16 y 20 años. La transmisión vertical, de madre a hijo, ya no se produce en España, así que los nuevos diagnósticos se dan por transmisión horizontal, por relaciones entre ellos". Su impresión coincide con lo que muestran los datos: la inmensa mayoría de nuevas infecciones se produce por relaciones sexuales sin protección.
Gracias a los medicamentos, en nuestro país nadie muere por VIH. Eso, a juicio de esta pediatra del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, ha hecho que "se pierda la conciencia del peligro". "Estos jóvenes", apunta, "no saben lo que conlleva contraer el VIH, no son conscientes de la cantidad de enfermedades asociadas que pueden sufrir, no tienen información sobre eso".
Lo peor de todo: "Han perdido el miedo. Saben que van a acudir a un hospital y van a tener el tratamiento". En ausencia de temor a la enfermedad, especialmente en esta franja de edad, "prima la socialización". Relacionarse con otros, salir de fiesta, sentirse incluido en un grupo e iniciarse en las relaciones sexuales es más importante para un adolescente que pensar en una enfermedad hipotética.
Ramón Espacio, presidente de la Coordinadora Estatal de VIH y Sida (CESIDA), explica que es muy difícil controlar las situaciones en los contextos en los que se producen las prácticas de riesgo e infección: "El uso consistente del preservativo es muy difícil en contextos como los que se dan ahora: fiestas largas, en domicilios privados, con consumo de drogas... Pero hay que seguir insistiendo".
Los adolescentes que se infectan de VIH son víctimas de la inconsciencia, pero también del miedo. Reyes Velayos, presidenta de la ONG Apoyo Positivo, apunta que "el estigma sigue vivo y eso hace que la gente tenga miedo de hacerse la prueba". Si tienen el VIH, no lo saben y continúan su pauta de sexo sin protección, pueden estar infectando a sus parejas sexuales, pero además tienen el sistema inmunológico deteriorado. Ramón Espacio lo corrobora: "Mantenemos unas tasas altísimas de diagnóstico tardío que, sumadas a prácticas de riesgo, provocan nuevas infecciones porque aquel que acaba de contraer el virus es muy infeccioso si no se trata". "Está el seronegativo, el seropositivo y el seronolosé, que es el responsable del 70% de las nuevas infecciones por no hacerse la prueba", remacha.
Navarro ha visto estas situaciones en su consulta: "Estos adolescentes y jóvenes repiten habitualmente las prácticas de riesgo y reinciden. Pueden tener otras enfermedades de transmisión sexual y acaban contrayéndolas porque no han tomado conciencia de la gravedad de lo que tienen".

Vida normal, necesidades especiales

El cada vez menos frecuente perfil de niños que han nacido con VIH y llegan a la adolescencia, con el que Marisa Navarro ha trabajado durante años, es completamente distinto al del adolescente que se infecta con 15, 16 o 17 años. "La mentalización es diferente por completo. Con aquellos insistíamos mucho a los padres, por ejemplo, en que los educasen cuanto antes en la medicación, para que la interiorizasen y les fuese más fácil hacerse a la idea de que les va a acompañar durante el resto de su vida". Con los nuevos casos la estrategia ha de ser distinta pero, según Navarro, "la vida de un chico con VIH es completamente normal. Su calidad de vida es como la de alguien que no lo tenga". Acuden a clases, tienen sus amigos, hacen planes...
Los grandes problemas aparecen a la hora de contarlo y a la hora de pensar en el futuro. "La revelación a los padres y contarlo a su entorno son dos cosas tremendamente dificultosas para estos adolescentes. Estamos hablando de pandillas grandes de chavales, interconectadas entre sí y resulta difícil controlar la privacidad", explica Marisa Navarro. "Tampoco", añade, "pueden contarlo en el colegio o en el instituto, porque hay desinformación y hay rechazo".
Topamos, de nuevo, con el estigma. La pediatra habla de esto con cierta rabia contenida y un poco de frustración: "Resulta increíble que la medicina haya conseguido avances contra la enfermedad, que la conozcamos cada vez mejor y tengamos cada vez mejores herramientas y sin embargo no hayamos conseguido vencer los prejuicios y la exclusión". Reyes Velayos, cuya organización lleva desde los años 90 prestando asistencia a enfermos por VIH, coincide en que ése sigue siendo el gran enemigo a batir y apunta un dato clave: "La comunidad científica ya ha hecho público que las personas con carga indetectable del VIH no transmiten el virus. Sencillamente no lo transmiten. Esto es fundamental para acabar con la exclusión". Ese es el propósito de su campaña Instransmisible.
El otro gran escollo en la vida de los adolescentes con VIH también tiene que ver con el estigma: tienen muchas más dificultades para pensar en el día de mañana, para tomar decisiones sobre su futuro y, en algunos casos, no podrán ser lo que quieren ser. "Pongamos por caso", detalla Navarro, "que uno de estos chicos quiera ser guardia civil. Está demostrado que si sigue con su medicación será un adulto perfectamente capaz de serlo, con las mismas capacidades físicas que los demás. Sin embargo, encontrará muchas más dificultades por el hecho de tener VIH". Le ocurrirá lo mismo, por poner otro ejemplo, si quiere dedicarse a alguna profesión sanitaria: enfermero o enfermera, cirujana o cirujano..

Información y privacidad de Twitter AdEste cóctel de silencio obligado, autoaceptación, miedo al rechazo y frustración por el futuro afecta sin duda a la psicología ya convulsa de un adolescente. Por eso, los jóvenes de esta edad con VIH necesitan una asistencia psicológica especial que existe en casi todas las unidades que los atienden. Una figura clave es la de los "pares": jóvenes algo mayores que ellos, pero que han pasado por su misma situación y que les cuentan su experiencia para darles herramientas con las que hacer frente al día a día.

Fallamos todos

En ese día a día debería existir mucha más información. "En la mayor parte de las comunidades autónomas", explica Reyes Velayos, "no hay programas de educación afectivo sexual desde hace mucho tiempo. En Madrid, al menos con este Gobierno, tampoco se prevé que la haya". En la capital la situación es urgente, pues presenta el 25% de los nuevos casos de todo el país. Marisa Navarro reparte la responsabilidad y habla de un "fracaso de todos": "Fallamos desde la familia hasta los profesionales sanitarios, pasando por los colegios, los institutos, etc...".
Buena parte de ese fracaso tiene que ver, a su juicio, con que "llegamos tarde": "Las relaciones sexuales cada vez comienzan antes y los chicos, con 12 años, ya son adolescentes. Pero en muchos casos nos encontramos con que son los propios padres los que ponen freno a la información para sus hijos. Creen que si les explican los riesgos y las medidas de protección, algo tan básico como colocarse un preservativo, les estás animando a tener relaciones sexuales. Y es absurdo".Información y privacidad de Twitter Ad
Velayos apunta otra circunstancia incomprensible que se da en España: la inaprobación de la PrEP —crónimo de Profilaxis Pre-Exposición— es una estrategia de prevención en la que los individuos VIH negativos toman medicamentos anti-VIH antes de entrar en contacto con el VIH para reducir su riesgo de infectarse. "Está aprobada en otros países de nuestro entorno, Francia, Portugal o incluso Marruecos, pero aquí no, no se sabe muy bien por qué. Eso hace que la gente la tome comprándola por internet en laboratorios indios y sin ningún tipo de control médico". "No es la panacea", matiza el responsable de CESIDA, "pero será una herramienta eficaz para muchas personas que hoy recurren a cauces sin supervisión".

Los "defectos" de la estrategia española contra el VIH que la pediatra y la presidenta de Apoyo Positivo han venido señalando pueden ser una explicación a las estadísticas agridulces de nuestro país en lo que a la lucha contra la infección se refiere. Se han conseguido grandes avances durante los últimos años y se reduce el número de nuevos diagnósticos, 3.353 en 2016 según Cesida, pero la tasa sigue siendo superior a la media de la Unión Europea. Por eso, el manifiesto del Día Mundial de la Lucha contra el Sida de este año que se lee en Madrid este viernes tiene un carácter político más marcado que en ocasiones anteriores: "Nos dirigimos al Gobierno y a las Comunidades. Llevamos 15 años con estas cifras. No suben, pero tampoco bajan. Hay que hacer más", concluye Ramón Espacio.
Fuente: Huffingtonpost.

Curar el VIH con células madre: "Si se confirma, no habría que someter al paciente a un trasplante".

El doctor José Luis Díez, del hospital Gregorio Marañón de Madrid, es uno de los directores del estudio que ha conseguido hacer indetectable el virus del VIH con un trasplante de células madre.
Se ha conocido la noticia de que cinco pacientes con VIH tienen ahora el virus indetectable en sangre y tejidos tras someterse a un trasplante de células madre. Incluso uno de ellos ya ni siquiera presenta los anticuerpos en su sangre. El doctor José Luis Díez, jefe del Servicio de Hematología del hospital universitario Gregorio Marañón de Madrid (España) y uno de los directores de la investigación, publicada en Annals of Internal Medicine, cuenta a RT el alcance de lo observado.
El estudio, liderado por científicos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa de Barcelona y del hospital Gregorio Marañón, realiza un seguimiento a seis pacientes "en el contexto de un consorcio internacional" que agrupa a investigadores muy diversos, entre los que se encuentran médicos, hematólogos, infectólogos y biólogos.
El doctor Díez explica que desde hace veinte años han llevado a cabo un proyecto de trasplantes para tratar casos de cáncer. "Conseguíamos curar el cáncer, pero no el VIH", relata. Los trasplantes siempre eran alogénicos (de un donante distinto al receptor) y empezaron así a observar unos hallazgos iniciales que apuntaban a una reducción del virus,, por lo que se plantearon la manera de "revalidar esos hallazgos".

La mutación del 'paciente Berlín'

Díez comenta que a la hora de escoger a los pacientes participantes, todos debían cumplir una condición: que no tuvieran la mutación CCR5 Delta 32 (que proporciona cierta impermeabilidad a las células al virus del VIH) en sus células.
Esa mutación es la que tenía el llamado 'paciente Berlín', Timothy Brown, la única persona conocida hasta la fecha que logró superar el VIH tras someterse a un trasplante de células madre en 2008 para tratar la leucemia que sufría. Desde entonces, los investigadores analizan el papel de esas células en la curación de esta enfermedad.
Pero el equipo encabezado por Díez quería saber si los pacientes sin esa mutación también podían beneficiarse de los tratamientos de células madre, y en caso afirmativo, determinar cuáles eran los factores que influían.

Sangre nueva: desaparece el cáncer y disminuye el virus

A medida que pasaba el tiempo y se sustituía la sangre del paciente por la sangre sana, el cáncer desaparecía y, con él, también desaparecía el reservorio del virus "hasta ser indetectable por métodos finos", cuenta el doctor. "Se puede especular con que podríamos haber quitado el virus de en medio", afirma. Aunque lo cierto es que esto aún no se puede asegurar.
Para ello es necesario llevar a cabo un segundo estudio que consiste básicamente, según Díez, en la suspensión del tratamiento antirretroviral que todos los pacientes han mantenido hasta la fecha y, de esa manera, "comprobar si vuelve el virus o  no.
Por lo tanto, la confirmación exigiría de un estudio clínico que siguiese todas las pautas, someterlo a las autoridades sanitarias y solo entonces iniciarlo. A partir de ahí habría que esperar al menos un año para tener la certeza de que se ha conseguido erradicar el virus. 

Acabar con el VIH sin necesidad de trasplante

Si se confirma que esta técnica consigue erradicar el virus del organismo de los pacientes, estaríamos ante un avance médico de dimensiones colosales.
Para el doctor, esto supondría un gran argumento en favor del "uso de la inmunoterapia". Un futuro desarrollo de esta técnica que "apuntase directamente a los linfocitos" se podría usar con enfermos de VIH ya sin necesidad de someterles a un trasplante, "que conlleva unos riesgos", siempre y cuando no lo necesitaran para el tratamiento de un cáncer, como en el caso de los pacientes estudiados.

Algunas claves

Una de las claves que proporciona el hematólogo es la procedencia de las células madre. De los seis pacientes estudiados, solo cinco han llegado a tener el virus indetectable, aunque las tasas del sexto, que aún lo tiene presente, se han reducido considerablemente.
Según Díez, una posible explicación para esto es que este paciente fue el único del grupo que se sometió a un trasplante de células provenientes de cordón umbilical, y es posible que al ser estas unas células más inmaduras que no sustituyen a las sanas con la misma rapidez, no se consiguiese el mismo efecto que con el resto de enfermos.
Otro quid es la enfermedad de injerto contra receptor, es decir, la reacción del organismo del paciente contra las células del donante. Para el investigador, es importante comprobar que la "alorreactividad está funcionando", pues esa reacción es fundamental tanto para erradicar el tumor como el reservorio de virus.
Por el momento, aún es pronto para confirmar si estos cinco pacientes son los siguientes, tras Timothy Brown, en superar esta enfermedad, pero los primeros pasos conseguidos con este nuevo método son esperanzadores.
Fuente: RT

lunes, 22 de octubre de 2018

Entendiendo U = U para mujeres que viven con VIH: Resumen de la comunidad de ICASO.


Año de publicación:2018
Editor :ICASO
Nombre del autor :Whitbread J. y Thomas L.
Enlace:haga clic aquí
Descripción:
Desde su anuncio, Indetectable igual Intransmisible (U = U) se ha convertido en un llamado a la acción para afirmar que cuando una persona que vive con el VIH tiene una carga viral indetectable, no puede transmitir el VIH. Además, el mensaje U = U está evolucionando para desafiar las nociones de infectividad, vulnerabilidad y estigma del VIH. La ciencia detrás del mensaje U = U proporciona la evidencia de que podemos reducir la ansiedad relacionada con la transmisión sexual del virus del VIH con confianza.
Para contribuir a la difusión de este mensaje, ICASO produjo un Resumen de la comunidad sobre U = U (octubre de 2017) y  sigue este esfuerzo y analiza U = U en relación con las mujeres que viven con el VIH. En particular, este informe de la comunidad tiene como objetivo captar las voces de mujeres de todo el mundo que viven con el VIH. Sus voces iluminan las experiencias intensamente personales de embarazo, maternidad y alimentación infantil, así como algunos de los matices en torno a la sexualidad, el acceso, la equidad y el género, que existen en las vidas de las mujeres que viven con el VIH.
Fuente: UN WOMEN

sábado, 20 de octubre de 2018


El VIH en las mujeres

¿Hay medidas de prevención específicas para las mujeres?
Las mujeres sufren a menudo un efecto más agudo del VIH que los hombres, debido a una combinación de factores sociales, económicos y biológicos. Las mujeres jóvenes tienen un riesgo ligeramente mayor de infección por el VIH porque el orificio de la matriz (cuello uterino) no ha adquirido madurez y grosor suficientes para actuar como una barrera eficaz. Las mujeres constituyen aproximadamente la mitad de todas las personas con el VIH en el mundo.
Si usted es una mujer, debería ser consciente de su derecho a protegerse contra el VIH y saber cómo hacerlo. El abuso, la violencia y la discriminación contra las mujeres las hacen más vulnerables al VIH. La normativa relacionada con las mujeres en su país, por ejemplo, podría determinar que como mujer debe estar desinformada y actuar de manera pasiva en cuestiones de sexo. Esto puede debilitar su capacidad para negociar relaciones sexuales seguras o acceder a servicios apropiados. Muchas mujeres contraen el VIH por medio de sus esposos o parejas de confianza durante mucho tiempo, así que es importante negociar estas cuestiones tanto en el contexto de una relación establecida como con una nueva pareja. Para protegerse contra el VIH es esencial que aprenda las aptitudes apropiadas que necesita para negociar relaciones sexuales seguras, si es que decide tenerlas, para poder acceder a servicios de apoyo como los centros de acogida para mujeres en el caso de violencia contra la mujer y para poder confiar en la policía y en los procedimientos judiciales que proporcionan protección cuando es necesario.
Es fundamental contrarrestar los factores socioeconómicos subyacentes que contribuyen al mayor riesgo del VIH entre las mujeres: desigualdad de género, pobreza, falta de oportunidades económicas y educativas, ausencia de protecciones jurídicas y de derechos humanos, etc. Todos los individuos tienen la responsabilidad de protegerse a sí mismos y proteger a los demás de la exposición al VIH, en especial los hombres que tienen el poder social de influir en (otros) hombres para que se protejan a sí mismos y protejan a sus parejas sexuales.
¿Son las mujeres más vulnerables a la infección por el VIH que los hombres?
Sí. Aproximadamente la mitad de las personas con el VIH son mujeres. La prevalencia más elevada del VIH entre las mujeres corresponde a países donde la epidemia se ha generalizado; las mujeres con el VIH se infectan principalmente en relaciones heterosexuales y, a menudo, dentro del matrimonio. Diversos factores biológicos, sociales, culturales y económicos contribuyen a la vulnerabilidad de la mujer frente al VIH.
  • Factores biológicos: el sistema genital femenino tiene una mayor zona superficial expuesta que el sistema genital masculino; por tanto, las mujeres pueden ser proclives a un mayor riesgo de infección con cada exposición. Las mujeres jóvenes son aún más vulnerables a la infección por el VIH debido a la inmadurez del orificio de la matriz.
  • Escaso poder económico: La presión para obtener ingresos para sí mismas o sus familias induce a algunas mujeres a tener relaciones sexuales con varones a cambio de dinero, el pago de matrículas escolares o regalos. En algunas regiones, ocurre especialmente entre mujeres jóvenes que mantienen relaciones sexuales con hombres de mayor edad. Las mujeres dependientes económicamente pueden no ser capaces de insistir en el uso del condón.
  • Ausencia de los maridos: Muchas mujeres, sobre todo en zonas rurales, se infectan a través de sus esposos, que trabajan lejos del hogar durante largos periodos de tiempo, por ejemplo, como mineros, camioneros o soldados, y que mantienen relaciones sexuales sin protección mientras no se encuentran en sus hogares. Estos hombres pueden infectarse por el VIH y, al volver a casa, transmitir el virus a sus esposas.
  • Matrimonio infantil: Todavía es frecuente en muchas partes del mundo que las jóvenes se casen antes de los 18 años de edad. Por lo general, se casan con hombres de mayor edad y con experiencia sexual, los cuales pueden estar ya infectados por el VIH y transmitirlo a sus esposas.
  • Violencia:Una de cada tres mujeres en todo el mundo es violada, golpeada, coaccionada a tener relaciones sexuales o sometida a otras formas de abuso a lo largo de su vida. La violencia sexual aumenta el riesgo de infección, ya que puede dañar la pared vaginal y permitir que el semen infectado entre en contacto directo con el tejido subyacente. Las relaciones sexuales forzadas también pueden anular la capacidad de la mujer para insistir en el uso de un preservativo.
¿Sabía que…
  • de los 11,8 millones de jóvenes (15-24 años) con sida, 7,3 millones son mujeres y 4,5 son hombres?
  • de los 37 millones de adultos (15 a 49 años) que viven con el VIH, 18,5 millones son mujeres. En África del Norte y Oriente Medio, el 54% de los adultos VIH-positivos son mujeres; en el Caribe, la proporción es del 52%?
  • la transmisión del hombre a la mujer es dos veces más probable que a la inversa? ¿Y que el riesgo es particularmente alto en el caso de las relaciones sexuales no deseadas con una persona infectada, ya que el uso del preservativo es improbable?
  • en África subsahariana, las adolescentes tienen cinco veces más probabilidades de infectarse que los varones, porque la mayor parte de ellas no se infecta a través de los varones de una edad similar sino de hombres mayores que ellas? (Nota: estas estadísticas proceden del sitio web de ONU MUJERES)
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¿Afecta el VIH a las mujeres?
Sí. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), alrededor de 23% de los estadounidenses con el VIH a fines del 2014 eran mujeres.
He aquí más datos de los CDC acerca del VIH entre las mujeres:
  • Del total de mujeres que recibieron diagnóstico de infección por el VIH en el 2016, 61% eran afroestadounidenses, 19%, blancas, 16%, latinas/hispanoamericanas y 5% de otra raza u otro origen étnico.
  • La forma más común en que las mujeres contraen la infección por el VIH es por medio de relaciones sexuales con hombres seropositivos.
  • La mayoría de las mujeres que tienen la infección por el VIH saben que son seropositivas, pero muchas no reciben la atención médica continua que necesitan.
El tratamiento con medicamentos contra el VIH (llamado tratamiento antirretroviral o TAR) ayuda a las personas seropositivas a tener una vida más larga y sana. Se recomienda el TAR para todas las personas seropositivas. Por lo general, las recomendaciones sobre el uso de los medicamentos contra el VIH son iguales para los hombres y las mujeres.
¿Qué factores exponen a la mujer al riesgo del VIH?
El VIH se propaga a través de la sangre, el semen, el flujo vaginal, las secreciones rectales o la leche materna de una persona seropositiva. La propagación del VIH de una persona a otra se conoce como transmisión del VIH.
Los principales factores de riesgo para la transmisión del VIH son los mismos para los hombres que para las mujeres:
  • Tener relaciones sexuales sin protección (relaciones sexuales sin un condón) con una persona seropositive.
  • Compartir el equipo para inyección de drogas (como agujas y jeringas) con una persona que tiene el VIH.
Varios factores incrementan el riesgo de la infección por el VIH en las mujeres. Por ejemplo, durante el sexo vaginal sin protección, el VIH se transmite más fácilmente del hombre a la mujer que de la mujer al hombre. El riesgo que tiene una mujer de contraer el VIH puede también aumentar debido a los patrones de comportamiento de alto riesgo de su pareja, como el uso de drogas inyectables o las relaciones sexuales sin protección con otras parejas.
¿El tratamiento de la infección por el VIH es igual para los hombres y las mujeres?
En general, las recomendaciones para el uso de medicamentos contra el VIH son las mismas para los hombres que para las mujeres. Sin embargo, existen algunos factores propios de las mujeres que pueden afectar su tratamiento contra el VIH. Entre ellos cabe citar el mayor riesgo de efectos secundarios producidos por algunos medicamentos contra el VIH, el control de la natalidad y el embarazo.
Efectos secundarios
Algunos efectos secundarios de los medicamentos contra el VIH pueden ser más frecuentes o más graves en las mujeres que en los hombres. Por ejemplo, el riesgo de efectos secundarios relacionados al hígado debido a la nevirapina (marca comercial: Viramune) es mayor entre las mujeres que entre los hombres.
Control de la natalidad
Algunos medicamentos contra el VIH pueden reducir la eficacia de los anticonceptivos hormonales, por ejemplo, las píldoras, los parches, los anillos o los implantes para el control de la natalidad. Es posible que las mujeres tratadas con ciertos medicamentos contra el VIH tengan que usar una forma diferente de control de la natalidad. Para mayor información, vea la hoja informativa de infoSIDA titulada El VIH y el control de la natalidad.
Embarazo
Las mujeres seropositivas toman medicamentos contra el VIH durante el embarazo y el parto para prevenir la transmisión maternoinfantil del VIH y proteger su salud.
Los siguientes factores afectan el uso de los medicamentos contra el VIH durante el embarazo:
  • Cambios durante el embarazo que pueden afectar la forma en que el cuerpo asimila los medicamentos contra el VIH. Debido a estos cambios, la dosis de los medicamentos podría cambiar durante el embarazo.
  • Posibles efectos secundarios de dichos medicamentos que hacen más difícil seguir el régimen de tratamiento contra el VIH durante el embarazo.
  • El riesgo potencial de defectos congénitos con el uso de algunos medicamentos contra el VIH. Ninguno de estos últimos se ha vinculado claramente a los defectos congénitos, pero algunos medicamentos han causado preocupaciones. Las mujeres embarazadas y sus proveedores de atención de salud examinan cuidadosamente los riesgos y beneficios de determinados medicamentos al escoger el régimen de tratamiento contra el VIH que se debe usar durante el embarazo.
La hoja informativa precedente se basa en la correspondiente en inglés.
Fuente: Infosida

miércoles, 17 de octubre de 2018

El estigma y discriminación a mujeres viviendo con VIH:


    ¿Te suena familiar? 
    • "No le cuento a nadie que tengo VIH porque no quiero que me juzguen"
    • "Me dijeron que las personas viviendo con VIH no deben tener hijos. Fui esterilizada porque tengo el VIH"
    • "Me mantuvieron fuera de la cocina y me dejaron de hablar porque tengo VIH"
    • "Sé que tengo esto por tener sexo. Me siento realmente avergonzada por tener una enfermedad sexual y ya no me interesa mantener relaciones sexuales"
    • "Nadie podría querer estar con alguien que tenga el VIH"
    Estos son ejemplos de estigmatización y discriminación demasiado comunes para muchas mujeres viviendo con VIH (VIH+). En toda la epidemia del VIH, la estigmatización y la discriminación han tenido un enorme impacto en las mujeres y las niñas. Sin embargo, a pesar de sus efectos devastadores, el estigma suele merecer la última prioridad en la programación del VIH. Como dijo Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA:
    "Siempre que el SIDA ha ganado, el estigma, la vergüenza, la desconfianza, la discriminación y la apatía estaban a su lado. Cada vez que el SIDA ha sido derrotado, ha sido por la confianza, la transparencia, el diálogo entre individuos y comunidades, el apoyo familiar, y la solidaridad y perseverancia humanas para encontrar nuevos caminos y soluciones".(http://www.huffingtonpost.com/michel-sidib/hiv-aids_b_1477206.html) 

    ¿Qué son el estigma y la discriminación?

    El estigma es una actitud o creencia acerca de una persona o grupo de personas, que las desacredita o les hace sentir vergüenza. Pone de manifiesto una "diferencia" negativa percibida entre las personas y utiliza esa diferencia como etiqueta (por ejemplo, VIH+) para separar a las personas entre "nosotros" (los buenos) y "ellos" (los malos). Esta categorización es, en última instancia, una experiencia social o cultural destinada a hacer que los estigmatizados parezcan "menos que" y reducen su poder.
    La discriminación se refiere a las acciones que se producen como resultado de las creencias estigmatizantes. Si la suegra de una mujer piensa que está sucia o impura porque vive con VIH, la mujer se enfrenta al estigma en su hogar. Si su suegra se niega a permitir que esté en la cocina o le hace usar platos y utensilios separados porque piensa que es sucia, entonces la mujer viviendo con VIH se enfrenta también a la discriminación.
    Tanto el estigma como la discriminación pueden ser experiencias complicadas que se producen en niveles y modalidades diferentes. Pueden darse entre personas concretas (como en el ejemplo anterior), o a un nivel más amplio, social (por ejemplo, cuando toda una comunidad rechaza o "excluye" a un miembro viviendo con VIH). Pueden ser visibles y evidentes (por ejemplo, cuando a una persona viviendo con VIH se le niegan los servicios de atención sanitaria), o más indirectas (un sanitario utilizando precauciones innecesarias en el tratamiento de una persona VIH+).
    Todos los días, las mentiras ocultas y los insultos que transmiten mensajes estigmatizantes a veces se conocen como microagresiones (enlace está en inglés). Al igual que otras formas de estigma, las microagresiones pueden ser dirigidas a grupos basados ​​en su sexo, estatus VIH, orientación sexual, identidad de género, raza u origen étnico. Para más información, vea nuestras hojas informativas sobre Por qué la raza es importante: Las mujeres y el VIH (enlace está en inglés) y Mujeres trans que viven con el VIH (enlace está en inglés).
    Las personas viviendo con VIH también pueden tener creencias negativas sobre el VIH y estigmatizarse a sí mismas. Esto se denomina el autoestigma, o interiorización del estigma. Las historias que nos cuentan muchas mujeres viviendo con VIH tienen consecuencias más negativas que el estigma externo.
    "… Hace un par de meses me preguntaron si estaría interesada en ser entrevistada y fotografiada como mujer viviendo con VIH. Pensé en ello, y decidí que lo haría como un paso importante en mi aceptación de esta enfermedad y mi avance para romper el estigma que nos rodea a mí y a otras personas viviendo con VIH... Ahora, o antes, me sentía aislada, sola, avergonzada, estigmatizada. Lo peor es que yo me he estigmatizado a mí misma. Había llegado a la conclusión de que era inferior. Indigna de una vida buena y duradera. Indigna de la salud, la felicidad, el amor y el éxito... Ni siquiera puedo comenzar a expresar hasta qué punto me sentí en paz cuando se fue [el fotógrafo]. Sé que va a ser una sensación pasajera. Pero la tuve, aunque sólo fuera durante unas pocas horas. Era suficiente. Por primera vez en mucho tiempo, me sentí realmente muy especial, valiosa y digna". (De "A Step in the Right Direction" .

    ¿Por qué existe el estigma relacionado con el VIH?

    Hay muchos factores que contribuyen a la estigmatización y la discriminación de las personas viviendo con VIH. La mayoría de estos factores reflejan la ignorancia de la gente sobre los hechos básicos del VIH y los temores que tienen sobre las personas con VIH+. Por ejemplo, hay mitos sobre cómo se transmite el VIH que pueden causar que la gente tenga miedo a abrazar a una persona viviendo con VIH, o negarse a usar el inodoro después de una persona viviendo con VIH. Dado que actualmente no existe una curación para el VIH y VIH sin tratamiento puede ser peligroso para la vida, el miedo de la gente a veces puede ser realmente fuerte.
    "Estoy escribiendo esto para compartir un pedazo de lo que era mi vida. No ha sido una tarea fácil. Tuve que aprender que el estigma no era más que la ignorancia de lo desconocido. ¡Esto impidió que pudiera alcanzar mis sueños o aspirase a lo imposible!" (De "Why Even Share?" ¿Por qué compartirlo?) (12/5/12, msplusamerica2011)
    La mayoría de las personas viviendo con VIH lo adquirieron a través del contacto sexual o por uso de drogas intravenosas. Estos comportamientos suelen estar ya estigmatizados en la sociedad y pueden acompañar a creencias morales preexistentes. Por ejemplo, en algunas culturas, el VIH es visto como un «castigo» por el comportamiento inmoral o incorrecto, aunque la mujer no haya participado en nada de lo que se la acusa. En muchos países, un código de silencio sobre las relaciones sexuales, combinado con la tolerancia social de la actividad sexual extramatrimonial de los hombres ha dado lugar a la infección de muchas mujeres que tenían relaciones sexuales solo con sus maridos. Como defensora de los tratamientos del VIH y educadora, Heidi Nass señala:
    "Las personas que contraen el VIH no están haciendo nada diferente de lo que hace la mayoría de las personas que conocen. Lo único que te distingue de todas las mujeres que han tenido relaciones sexuales con un hombre o que compartieron una aguja, pero no contrajeron el VIH, es que tú sí lo has contraído". (De "An Open Letter: Woman to Woman" Carta abierta: de mujer a mujer) ( Heidi M. Nass, The Body  El cuerpo)

    Efectos nocivos del estigma

    Sabemos desde hace bastante tiempo —por relatos y estudios— que el estigma y la discriminación pueden tener efectos terriblemente perjudiciales para la salud de las mujeres y las niñas. Estos efectos se producen tanto para las mujeres y niñas en riesgo de contraer el VIH como para las personas que ya lo han contraído. En todo el mundo, la vida de las mujeres y las niñas se caracteriza por una serie de desigualdades basadas en el género, como la social (menos capacidad para tomar decisiones sexuales), la económica (menos posibilidad de ganar o controlar sus ingresos) y la política (las políticas que niegan a las mujeres el derecho a la herencia, la educación o los derechos reproductivos). En consecuencia, los efectos negativos del estigma relacionado con el VIH tienen un efecto aún mayor en las mujeres y las niñas. 
    Los estudios han demostrado que, en China, las personas que tienen creencias más estigmatizantes con relación al VIH son más propensas a involucrarse en comportamientos que las sitúan en mayor riesgo de contraer el VIH. En África del Sur y Francia, los estudios han demostrado que las personas viviendo con VIH, que han experimentado el estigma o la discriminación, eran menos propensas a revelar su situación como VIH+ a sus parejas sexuales, más inclinadas a involucrarse en prácticas sexuales de riesgo y, por tanto, más proclives a transmitir el VIH (enlace está en inglés) a sus parejas. Incluso en estudios de prevención como el ensayo VOICE en Sudáfrica, el estigma fue una razón clave por la que las mujeres jóvenes se abstuvieron de usar geles vaginales o píldoras para protegerse de la infección por el VIH. Las mujeres temían que el uso de estos productos de prevención provocase que las identificaran erróneamente como viviendo con VIH, lo cual daría lugar al aislamiento y la discriminación.
    El estigma contra el VIH es una barrera documentada que se opone a la realización de pruebas y tratamientos en todos los puntos a lo largo de la atención continuada frente al VIH. Los estudios han demostrado que las creencias estigmatizadoras o el propio miedo al estigma retrae a las personas de hacerse la prueba del VIH, de comprometerse a los cuidados o tener acceso a ellos, de mantener los cuidados, de conseguir medicamentos contra el VIH, y de tomarlos correctamente (compromiso(enlace está en inglés).
    Los efectos negativos del estigma y la discriminación se reflejan en muchos aspectos de la vida. Pueden aparecer en el lugar de trabajo (no ser contratados debido a la situación como VIH+, o no solicita un trabajo debido a ser mujer viviendo con VIH), al viajar (algunos países no permiten la entrada de personas viviendo con VIH), en la vivienda (se les rechaza el alojamiento, o se produce una sensación de malestar debido a su situación como VIH+), relaciones (violencia doméstica o con la pareja de hecho(enlace está en inglés), y en la atención sanitaria (acceso denegado, culpabilizada por ser viviendo con VIH).
    Tal vez los efectos más devastadores del estigma y la discriminación de las mujeres son los que provienen del rechazo social y la exclusión. Las mujeres y las niñas a menudo temen el estigma y el rechazo de sus familias, no sólo porque pueden llegar a perder su lugar social de pertenencia, sino también porque podrían perder su vivienda, sus hijos, y su capacidad para sobrevivir. El aislamiento provocado por el rechazo social puede conducir a una baja autoestima, depresión (enlace está en inglés) y planteamientos o, incluso, actos de suicidio.
    "… teniendo en cuenta los valores conservadores y ortodoxos de la India, el estigma, la discriminación y el ostracismo son los factores de riesgo potenciales que afrontamos. El miedo a ser excluidas por la sociedad en que vivimos es la principal causa del silencio entre las PVVS. Pero en algún punto hemos de romper las murallas. Alguien tiene que hacerlo... El rechazo conduce a la depresión que, a veces, puede llegar a provocar el suicidio. Se necesita mucho valor y coraje para levantarse por sí mismas y luchar. Para luchar contra todas esas vibraciones negativas. Para superar las frustraciones. Tener el valor suficiente para decir 'SÍ, YO SOY. ¿Y QUÉ?'" (de "Yes, I am, So What????!!!!" Sí, yo soy. ¿Y QUÉ? ( 5/7/12, Jyoti Surve)
    El Centro Internacional para la Investigación sobre la Mujer (CIIM) señala que, en Bangladesh, más de la mitad de las mujeres viviendo con VIH han experimentado el estigma de amigos o vecinos, y una de cada cinco se plantean el suicidio. En la República Dominicana, seis de cada diez mujeres viviendo con VIH temen ser objeto de habladurías, mientras que en Etiopía, más de la mitad de las mujeres viviendo con VIH reconocen que tienen una baja autoestima. 
    "En lugar de escribir al VIH, me encontré escribiendo a mi autoestima. Tenía miedo del VIH y de lo que me podría hacer, pero en ese preciso momento supe que, si me iba a centrar en cómo quería vivir con esto, en vez de en cómo iba a morir, un virus no sería el mayor problema al que tendría que enfrentarme". (De "An Open Letter: Woman to Woman" Carta abierta: de mujer a mujer Heidi M. Nass, The Body

    Criminalización del VIH

    Las leyes y políticas actuales de muchos países aumentan el estigma contra las personas viviendo con VIH o contra ciertos grupos de riesgo (como los usuarios de drogas inyectables o las mujeres que intercambian sexo por dinero). Las leyes que ilegalizan la propagación del VIH refuerzan las actitudes sociales que consideran a las personas viviendo con VIH como «malas» y merecedoras de castigo. Además, las personas evitan la prueba del VIH (enlace está en inglés)revelar su situación a sus parejas sexuales por temor a la persecución. Por último, las leyes que hacen ilegal propagar el VIH a otras personas pueden afectar en mayor medida a las mujeres y las niñas, ya que están más expuestas a conocer su situación mediante pruebas prenatales. La buena noticia es que ahora hay proyectos, movimientos y organizaciones que se están uniendo para cambiar estas leyes. El Positive Justice Project (enlace está en inglés) del Center for HIV Law & Policy es un ejemplo en los EE.UU., mientras que HIV Justice Network(enlace está en inglés) sirve como centro de incidencia mundial.

    Triunfando sobre el estigma y la discriminación

    Aunque el estigma y la discriminación relacionados con el VIH son generalizados y nocivos, hay muchas mujeres viviendo con VIH que los han vencido.
    "Por primera vez, estaba experimentando el estigma, pero no sería la última. El estigma había causado tantos estragos en mi vida que llegaba a agobiarme. Cada paso que daba para recomponer mi vida, el estigma estaba esperándome. El miedo a estar sola y sin amor era algo insoportable... Tendría que vivir así durante años y sin decir una palabra. Con el paso del tiempo, me trasladé a una urbanización de apoyo con personas como yo. A través de ellas, empecé a aprender cómo llegar a conciliarme con mi diagnóstico. Vi la vida y la risa. Había personas que, aunque lo habían perdido todo, aún estaban felices. Se hizo contagioso. Yo quería ese tipo de vida. Sin embargo, eso supondría compartir mi historia. Así que un día lo hice, en un evento donde estaría con cientos de ciclistas. Por primera vez en mi vida, sentí la paz y la libertad. Recibí amor, abrazos y buenos deseos de las personas que no tenían miedo de tocarme. Me impulsó a seguir compartiendo mi historia hasta hoy mismo". (De "Why Even Share?" ¿Por qué compartirlo?) 12/5/12, msplusamerica2011) 
    Si bien no todas las mujeres viviendo con VIH deciden contar su historia públicamente, cada una de ellas sí puede elaborar la historia que se cuenta a sí misma. Lo que te dices sobre ti misma, por qué eres viviendo con VIH, lo atractiva o deseable que eres, hasta qué punto mereces salud y felicidad, depende de ti. Como explica María Mejía:
    "… Alguien me dijo que habían comentado mi foto y mi perfil personal de Facebook ... que a pesar de que admiraban mi trabajo y mi ánimo, no debería hacer del VIH algo tan 'frívolo'. Luego siguieron diciendo que el VIH/SIDA es algo muy grave y una cuestión de vida o muerte... ¿Realmente espera esta persona que todos estemos hundidos, compadeciéndonos de nosotros mismos? ¡NO! ¡No deseo vivir de esa manera! ¡Por favor, sé lo más feliz que puedas! ¡Se puede ser viviendo con VIH, o sufrir cualquier otra prueba o desafío y aún así sacar el máximo partido a una situación negativa!" (De "HIV Does Not Define Me" El VIH no me define 5/28/13, María T Mejía)
    "Me escriben desde muchas partes del mundo con la misma pregunta ... ¿Cómo puedo ser tan abierta con el VIH? ¿De dónde saqué el valor de ser tan abierta? ¿Cómo pueden llegar a donde yo estoy? Mi respuesta es siempre la misma: ¡Yo NO ME AVERGÜENZO! ¡No hay nada malo en tener VIH! ¡Es una enfermedad como cualquier otra, tenemos mucho ESTIGMA que la rodea, a causa del sexo! Pero ¿sabes una cosa? TODOS SOMOS SERES SEXUALES... ¡Hay que tener amor propio y saber que no eres inferior a causa del VIH!" (De "Why I am so open about having HIV?" ¿Por qué soy tan abierta de tener el virus? 8/13/13, María T Mejía)
    Si estás luchando contra el estigma y la discriminación, la depresión (enlace está en inglés) o el aislamiento, puede serte útil conectar con otras personas y obtener apoyo (enlace está en inglés). En una reciente encuesta realizada por The Well Project, cerca de tres de cada cuatro participantes afirmaron que participar en los recursos en línea de The Well Project las ayudó a sentirse menos aisladas. Además, la mitad dijo que disminuyó su autoestigma y aumentó su autoestima. Puedes visitar nuestro galardonado blog, A Girl Like Me, (Una chica como yo), donde muchas mujeres increíbles viviendo con VIH comparten sus historias y rompen el silencio que refuerza el estigma. Para localizar un grupo de apoyo relacionado con el VIH en tu zona de EE.UU., llama a la línea directa de tu estado en esta lista (enlace está en inglés), o usa el Buscador ASO (enlace está en inglés) de The Body. Para consultar los servicios en el resto del mundo, prueba el e-atlas de NAM.
    Fuente:

    SAL DE DUDAS.

    http ://www.saldedudas.info/index.php/es/   La APP Sal de Dudas, te ofrece juegos, videos e información sobre Vih y otras enfermedades de tr...