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martes, 11 de diciembre de 2018

¿ACABAS DE SABER QUE VIVES CON VIH?


El conocimiento de un diagnóstico, como es la infección por VIH, supone un gran impacto emocional para la mayoría de las personas debido a todas las dudas relacionadas con el proceso de la infección y por las connotaciones relacionadas con el estigma y la discriminación asociadas al VIH. Esta noticia desencadena una serie de fenómenos que pueden resultar, en la mayoría de los casos, dolorosos e implican una serie de reacciones emocionales de respuesta al cambio de situación que debe asumir la persona, como suelen ser la incertidumbre, la desesperanza, el miedo y la impotencia.
Los primeros instantes al recibir la noticia suelen ser de incredulidad ligada inevitablemente a la negación. “No es posible”, “debe ser un error”, “será un falso positivo”, “esta prueba es errónea o defectuosa” pueden ser algunos de los pensamientos que inundan la mente de la persona recién diagnosticada. Esta fase es la primera de un duelo que se elabora como mecanismo de adaptación a una nueva realidad.
Esas emociones pueden bloquear a las personas, pueden sentir sensaciones de irrealidad, de estar dentro de un sueño del que en cualquier momento despertarán. Es lo que se conoce como despersonalización; esta fase, por lo general, apenas dura unas horas o días, puesto que con el transcurso del tiempo son conscientes de que la vida ha cambiado. Lo importante es que sepan que tienen las riendas de su vida, y que de sí mismos depende hasta que punto permitirán que ese cambio les afecte.
A medida que pasa el tiempo se generan diferentes sentimientos y emociones y esas sensaciones se irán interiorizando, es conveniente buscar apoyo para aceptar esta nueva etapa de la vida.
Es posible que vayan apareciendo nuevas situaciones y dudas que generen sentimientos de pérdidas, tales como ingresos hospitalarios, comenzar el tratamiento, las visitas al médico/a, la situación laboral, el enfrentarse al comunicarlo a familiares, amigos/as, parejas y exparejas, las relaciones sexuales, etc., pueden generar situaciones que precisan de un periodo de adaptación que durará más o menos tiempo dependiendo de varios factores hasta llegar a la aceptación de la enfermedad. Para llegar a ese punto se debe culminar el duelo, atravesando todas o algunas de sus etapas. Tras la primera fase llega la ira o el enfado, no entendemos por qué ha pasado esto, ¿qué han hecho para merecerlo?, mirando hacia atrás intentando buscar el momento exacto en el que pudo suceder, o incluso motivos que puedan justificar el diagnóstico a modo de condena divina.
Es beneficioso repasar las conductas con la finalidad de aprender y reducir futuras exposiciones a diversas infecciones de transmisión sexual. Sin embargo, el hecho de repasar el pasado en busca de culpables no es una estrategia acertada. Conviene no hablar de culpables, eso lleva implícito un castigo ante una conducta ilícita. Hablemos mejor de responsabilidad, somos responsables de nuestros comportamientos, pero no por ello merecemos un castigo aleccionador como una enfermedad.
Hablar con otras personas que conviven con el VIH ayudará a ver que no es la única persona con esos sentimientos, conocer a otras personas que han pasado por esa situación, compartir con ellas experiencias y sentimientos ayudará a regular esas emociones.
Conocer el proceso de la infección, aprender los conceptos básicos sobre el VIH, conocer organizaciones y personas dispuestas a escucharte, te permitirá tener un mayor control sobre tu vida y te ayudará a sentirte mejor.
Como consecuencia del estigma, muchas personas con el VIH se lo piensan dos veces antes de compartir con alguien su estado. Una de las formas de evitar experiencias de estigma y discriminación es ocultar que tienes el VIH.
En muchas situaciones es un tema que, sencillamente, no resulta relevante y es poco probable que surja en una conversación de forma espontánea. Muchas personas con el VIH deciden que la mayoría de la gente con la que contactan no necesita conocer detalles relativos a su estado de salud. Por otra parte, revelar que tienes el VIH podría ser la forma más poderosa de la que dispones para combatir el estigma. La decisión de con quién hablar sobre el VIH es muy personal, y lo que resulta correcto para una persona puede no serlo para otra. A veces, puede ser útil contárselo a aquellos/as en quienes confías, o a quienes puedan ayudarte de alguna manera. Si comprenden por lo que estás pasando, pueden ser capaces de darte el amor y el apoyo que precisas. Compartir un secreto puede fortalecer la relación y así, además, no tendrás que esforzarte por ocultar tu situación. En ocasiones, las personas a las que se lo cuentes responderán de una manera poco amable, hiriente o con agresividad. Pero esto probablemente pasa con menor frecuencia de lo que la gente tiende a pensar. La mayoría de las personas con el VIH se encuentran con reacciones positivas al compartir con los demás su condición. Es más fácil que la experiencia de compartir con alguien que tienes el VIH sea positiva si tienes cuidado al escoger a quién se lo explicas y la manera en que lo compartes. Te ofrecemos algunas ideas que a muchas personas con el VIH les han resultado útiles a la hora de comunicar su estado a otros/as.
¿Debería contar que tengo VIH?
Antes de comunicar a alguien tu estado serológico, es recomendable reflexionar sobre los siguientes aspectos:
Por qué quieres decirlo:
Es preferible hacerlo únicamente si estás seguro/a de que va a reportarte algún beneficio (por ejemplo, ayuda o apoyo).
Cómo reaccionará la persona:
Puede que tengas que enfrentarte a sus prejuicios morales o a sus miedos y falsos mitos sobre el VIH o la sexualidad.
Quizá podría resultarte útil como apoyo disponer de folletos informativos acerca de los mecanismos de transmisión del VIH.
Si la persona podrá mantener la confidencialidad:
Es decir, si crees que se lo puede contar a otras personas sin tu permiso. Es una buena idea especificar con claridad a quién se lo pueden decir y a quién no.
Cómo lo vas a contar:
Es una buena idea pensar cómo sacarás el tema de conversación. Tal vez te resulte más fácil hacerlo cuando te sientas preparado/a.
Cuándo lo dirás:
Intenta encontrar el momento más idóneo y el espacio más confortable posible.
Si acabas de recibir el diagnóstico:
Puede que necesites un tiempo para asimilarlo tú mismo/a antes de comunicarlo a otras personas.
Una de las preguntas frecuentes que se hace una persona al recibir el diagnóstico de infección por VIH es a quién y cómo comunicar este diagnóstico. Esta pregunta no acompaña sólo a la persona en los instantes iniciales de afrontamiento de la enfermedad sino que puede surgir en muchos otros momentos, incluso cada vez que alguien significativo emocionalmente llega a la vida de esa persona.
Ocultar la infección a todo el entorno, como alguna persona escoge hacer, puede resultar realmente duro. Diversos estudios clínicos realizados hasta la fecha coinciden en que aquellas personas que viven su infección en el total anonimato tienen mayores problemas emocionales que repercuten negativamente en el cuidado de su salud. Así, compartir el diagnóstico se ha relacionado con un ajuste más favorable a la enfermedad.
Sin embargo, abrir el diagnóstico a otros sigue siendo tarea difícil ya que hablar sobre ello implica que puedan surgir a la luz otros temas como las preferencias sexuales de la persona o la infidelidad en algunos casos, entre otros.
Comunicar el diagnóstico a las demás personas
Ante el escenario de un diagnóstico reciente, es siempre aconsejable que la persona disponga de una educación en salud sobre la infección básica y clara. Eso le permitirá colocarse frente a los otros desde una actitud más serena así como responder las preguntas que puedan surgir sobre su estado de salud y su pronóstico.
Algunas reflexiones útiles para la persona afectada son:
– ¿Por qué quiero informar sobre mi infección por VIH a esa persona?
– ¿Hay beneficios en que se lo diga?
– ¿Es esa persona buena hablando sobre emociones?
– ¿Cómo me gustaría que reaccionara?
– ¿Qué haré si no reacciona de la forma en que me gustaría o espero?
– ¿Puedo confiar en que no lo compartirá con otra persona?
La apertura del diagnóstico puede ser especialmente delicada en el caso de las relaciones parento-filiales. Cuando los hijos e hijas crecen, frecuentemente llega un momento en que los padres y madres han de enfrentar la idea de hablar o no sobre su enfermedad con sus hijos e hijas. En ocasiones, no se revela el diagnóstico pero se envían mensajes encubiertos como dejar botes de medicación o recetas a la vista, ir a la visita médica acompañado de los hijos/as, que sólo sirven para aumentar el desconcierto, y por consiguiente angustia, de los niños/as.
Algunas reflexiones interesantes a hacer en este contexto concreto son:
-¿Has pensado compartir con tu hijo/a tu diagnostico?
-¿Cuánto crees que sabes?
– Estará bien planificar de alguna manera cómo decirlo, aunque no llegues a hacerlo.
– Tu hijo/a podría descubrirlo por accidente, o adivinarlo, o que tú se lo dijeras en algún momento de forma no adecuada a de la que pudieras arrepentirte más tarde.
En este proceso, a menudo los padres y madres necesitan un apoyo adicional y asesoramiento a la hora de hablar con sus hijos/as. El apoyo y la guía deben incluir cómo manejar las preguntas y reacciones de los niños y niñas. En el caso de los niños y niñas infectados/as por transmisión vertical, se recomienda también en la medida posible el acompañamiento en la comunicación del diagnóstico. Para los padres y madres puede suponer un momento de gran dolor ya que a menudo permanecen emociones relacionadas con la culpa. Estudios clínicos muestran los beneficios emocionales y de auto-cuidado de la salud que tiene una apertura temprana del diagnóstico en los niños y niñas afectados/as. Pueden sentirse involucrados de forma activa en el cuidado de salud, construyendo un mayor sentido de independencia y reduciendo el temor y la ansiedad, que muchas veces nace de situaciones ambiguas y poco claras. Los niños y niñas no necesitan conocer muchos detalles ya que pueden sentirse más confundidos. De nuevo, la información recibida ha de ser clara y concisa y debe mantenerse un flujo de comunicación constante ya que las preguntas o preocupaciones pueden ir variando a lo largo del tiempo.
Algunas preguntas frecuentes en los niños y niñas en esta situación son:
-¿Por qué tengo esta enfermedad?
-¿Cuánto tiempo viviré o cuándo voy a morir?
-¿Qué me va a pasar?
-¿Tu también lo tienes?
-¿Por qué lo tienes?
-¿Puedo transmitir el VIH a otras personas?
-¿Puedo explicarlo a mis amigos?
-¿Dejaré de tenerlo algún día?
Si se trata de preadolescentes o adolescentes, hay preocupaciones que pueden resultar especialmente difíciles para los padres y madres, como es el caso de la sexualidad. Pero es importante pensar que se tratará de una gran oportunidad para poder construir unas bases de educación sexual adecuadas.
Por último, también existe el temor de que el niño o niña afectado/a lo cuente a otros. Será fundamental crear un clima abierto y amoroso, que brinde un contexto de apoyo emocional mutuo que permitirá que el niño o la niña puedan explorar y recibir consejo sobre cómo manejar la información recibida.
En resumen, comunicar el diagnóstico de infección por VIH al entorno social y afectivo continúa siendo difícil a pesar de los cambios que han sucedido en el manejo clínico de la enfermedad. Las ideas preconcebidas, el temor al rechazo, entre otros, dificultan esa apertura. No obstante, el reconocimiento de la enfermedad frente al entorno emocionalmente significativo lleva implícito beneficios emocionales reconocidos.
Recibir el diagnóstico de una enfermedad crónica nunca resulta fácil. Afortunadamente, recibir hoy el diagnóstico de infección por VIH dista mucho de lo que era hace apenas unos años. Los temores relacionados con el pronóstico y la salud física se han disipado gracias a la eficacia de los fármacos antirretrovirales. Sin embargo, vivir con la infección es aún muy difícil si se contempla desde la perspectiva relacional. Todavía son muchas las personas que se mueven en un entorno social y afectivo donde la enfermedad permanece oculta para casi todos y donde el principal temor a la apertura del diagnóstico es el rechazo de los demás. El estigma de la propia persona afectada y del entorno (desarrollado en otro capítulo de esta guía) es el principal motor de la ocultación. Vivir la enfermedad a solas implica en muchas ocasiones una sensación interna de soledad emocional y puede conllevar importantes síntomas de ansiedad y depresión. Por el contrario, la apertura del diagnóstico se ha relacionado con un mejor cuidado de salud y un estado emocional más saludable.
Lecturas recomendadas
Alcaraz C, Clotet A, Clotet B (2006). Más vidas. Fundació Lluita contra la Sida.
Apezteguía F (2006). Ahora que te tengo, Sida en España 1997-2006, años de esperanza. Fundación Wellcome, Madrid.
CESIDA (2007). 25 historias, 25 vidas.Madrid.
Solís A, Cabrera G, Luna A, et al. Guia para enfrentar el estigma interno , México.
Más información en INFOSIDA.
Fuente: Infosida.

sábado, 1 de diciembre de 2018

Un nuevo informe de ONUSIDA indica que el 75 % de las personas que viven con el VIH conocen su estado serológico.

Un nuevo informe de ONUSIDA indica que el 75 % de las personas que viven con el VIH conocen su estado serológico

El informe también exige un aumento de los esfuerzos para llegar a los 9,4 millones de personas que no conocen su estado serológico y a los aproximadamente 19,4 millones que viven con el VIH y no han logrado suprimir su carga viral
ABIYÁN/GINEBRA, 22 de noviembre de 2018—Un nuevo informe de ONUSIDA revela que un mayor número de personas VIH-positivas han podido acceder a pruebas y medidas de tratamiento del VIH. En 2017, tres cuartas partes de las personas que vivían con el virus (75 %) conocían su estado, frente a los dos tercios (67 %) de 2015. Asimismo, 21,7 millones de personas seropositivas (59 %) tuvieron acceso a la terapia antirretrovírica, lo cual supone un aumento con respecto a los 17,2 millones de 2015. No obstante, el informe muestra que 9,4 millones de personas VIH-positivas todavía no conocen su estado serológico, por lo que deben someterse con urgencia a los servicios de prueba y tratamiento.
El informe Knowledge is power revela que, aunque el número de personas que viven con el VIH y que han logrado suprimir su carga viral ha aumentado aproximadamente 10 puntos porcentuales en los últimos tres años (hasta alcanzar el 47 % en 2017), hay todavía 19,4 millones de personas seropositivas que no han logrado suprimir la carga viral. Para permanecer sanos y prevenir la transmisión, el virus debe reducirse hasta niveles indetectables o muy bajos mediante terapia antirretrovírica continuada. Además, para controlar de manera eficaz la carga viral, las personas que viven con el VIH deben tener acceso a las pruebas correspondientes cada 12 meses.
“Las pruebas de carga viral son un elemento esencial en la supervisión del tratamiento del VIH”, afirmó Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. “Gracias a ellas, podemos comprobar que el tratamiento funciona, que la gente se mantiene sana y que el virus está bien controlado”.
El informe destaca que el acceso a las pruebas de carga viral no es uniforme. En algunas partes del mundo, es muy sencillo acceder a una prueba, puesto que estas están totalmente integradas en el régimen de tratamiento de una persona seropositiva. Sin embargo, hay lugares en los que solo hay una máquina de medición de la carga viral en todo el país.
“El seguimiento de la carga viral debe gozar de la misma disponibilidad en Lilongwe que en Londres”, señaló Sidibé. “Es necesario que las pruebas del VIH y las pruebas de carga viral sean iguales y accesibles para todos aquellos que viven con el VIH, sin excepción”.
En Côte d’Ivoire, el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos de América para Luchar contra el Sida está prestando apoyo a un plan para aumentar el número de pruebas de carga viral a escala nacional. En solo tres años, al multiplicarse el número de personas que se someten a tratamiento, diez laboratorios adicionales empezaron a realizar dichas pruebas. De esta manera, la cobertura de las pruebas de carga viral pasó del 14 % en 2015 hasta el 66 % en 2017, y se prevé que alcance el 75 % a finales de 2018.
“El tema de ONUSIDA para el Día Mundial de la Lucha contra el Sida de este año ("Vive la vida positivamente: conoce tu estado serológico") hace hincapié en que las pruebas del virus son la única manera de conocer nuestro estado y adoptar un plan de vida saludable”, apunta Eugène Aka Aouele, Ministro de Sanidad e Higiene Pública de Côte d’Ivoire.


Pruebas del VIH y de carga viral en niños
Las pruebas de carga viral son particularmente importantes en los neonatos, puesto que el VIH avanza mucho más rápido en los niños (la mortalidad máxima en los niños que nacen con VIH se encuentra entre los dos y los tres meses de vida). Las pruebas de diagnóstico rápido estándar no son eficaces hasta los 18 meses de edad, por lo que la única prueba del VIH viable en niños de menor edad es una prueba virológica a la que deben someterse entre las cuatro y las seis semanas de vida. Sin embargo, en 2017, solo la mitad (52 %) de los niños expuestos al VIH en países muy afectados se sometieron a una prueba en los dos primeros meses de vida.
Se están realizando importantes avances. Se ha demostrado que las nuevas tecnologías de prueba de los puntos de atención (pruebas que se realizan en un entorno lo más cercano posible a la persona) reducen el tiempo de comunicación de los resultados de las pruebas en niños de meses a minutos, lo cual permite salvar un mayor número de vidas.
Barreras que persisten para conocer el estado serológico
El informe indica que uno de los principales obstáculos para la realización de las pruebas del VIH es el problema del estigma y la discriminación. Los estudios realizados entre mujeres, hombres, jóvenes y poblaciones clave han revelado que el temor a que se les vea acceder a los servicios del VIH (y, si se les diagnostica la enfermedad, a que esta información se comparta con familiares, amigos, parejas sexuales o la comunidad en general) les disuadía de acceder a dichos servicios, también a las pruebas del VIH.
En las poblaciones clave (hombres homosexuales y otros hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres, personas transgénero, trabajadores sexuales, personas que consumen drogas, personas que están en centros de detención y otros lugares cerrados y migrantes), estas barreras afectan incluso en mayor medida al acceso. El estigma y la discriminación de la sociedad y los servicios de salud pueden disuadir a los miembros de las poblaciones clave de acceder a la atención médica necesaria, mientras que las leyes penales pueden agravar esa discriminación, aumentar las tasas de violencia y crear barreras adicionales, entre otros, el temor de ser arrestados y acosados.
“En Côte d'Ivoire, la prevalencia del VIH entre los trabajadores sexuales es del 11 %. En hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres es de un 13 %, mientras que en las personas que se inyectan drogas es de un 9,2 %”, indicó Pélagie Kouamé, presidenta de la Red de Poblaciones Clave en Côte d’Ivoire. “No podemos dejar atrás a las poblaciones clave. Las cosas deben cambiar y evolucionar para que podamos salir a la luz y dejar de vivir con miedo”.
Otros obstáculos son la violencia o la amenaza de violencia, sobre todo entre mujeres jóvenes y niñas. Las leyes y políticas de consentimiento de los padres también constituyen un obstáculo, ya que hay países en los que los jóvenes menores de 18 años necesitan el permiso de los progenitores para poder someterse a una prueba del VIH. Además, los servicios suelen encontrarse muy lejos de sus casas y el acceso a ellos es complicado o demasiado caro. También puede haber retrasos o errores a la hora de comunicar los resultados de las pruebas, así como demoras en el inicio del tratamiento. En algunos países, las personas no se realizan la prueba del VIH porque creen que no se encuentran en una situación de riesgo. En Malawi, un estudio concluyó que entre las niñas y mujeres jóvenes (de 15 a 24 años de edad), que se cree que están expuestas a un mayor riesgo de contraer el VIH, más de la mitad (52 %) consideraban que no se encontraban en tal situación y que, por lo tanto, era poco probable que se sometieran a las pruebas del virus.
Una nueva generación de opciones de prueba
El informe pone de manifiesto que ofrecer diversas opciones de prueba y servicios (como pruebas comunitarias o domésticas) puede contribuir a reducir muchas barreras logísticas, estructurales y sociales en lo que respecta a las pruebas del VIH. Ofrecen opciones de prueba para las personas que viven lejos de los servicios de asistencia sanitaria, las cuales no tienen la limitación de los horarios de apertura (algo particularmente importante para los hombres y las personas de las poblaciones clave) y no acarrean el estigma y la discriminación que se suelen percibir en los servicios de salud y del VIH tradicionales.
“No podemos esperar a que la gente contraiga la enfermedad,” afirmó Imam Harouna Koné, Presidente de la Plataforma de Redes para la Lucha Contra el Sida. “Debemos dirigirnos a nuestras comunidades y ofrecer servicios de prueba y tratamiento del VIH”.
El informe describe la importancia de adoptar un enfoque basado en el consentimiento, la confidencialidad, el asesoramiento, los resultados correctos de las pruebas y la conexión/vínculo con la prevención, la atención y el tratamiento. “No existe un enfoque único en lo que respecta al VIH”, señaló Sidibé. “Se deben crear diversas estrategias para llegar a las personas en riesgo de contraer el VIH que incluyan enfoques innovadores, como las pruebas de autodiagnóstico, con las que las personas se sienten más cómodas al ver que se respeta su privacidad”.
Otro paso importante que se debe dar es integrar los servicios de prueba del VIH en otros servicios de salud, entre otros, los servicios de salud materna e infantil, los servicios de tuberculosis y los servicios de infecciones de transmisión sexual y la hepatitis vírica. La tuberculosis es la principal causa de muerte entre las personas seropositivas y representa una de cada tres muertes asociadas con el sida. No obstante, se estima que el 49 % de las personas que viven con el VIH y tuberculosis desconocen su infección simultánea y, por tanto, no reciben atención.
El acceso a las pruebas del VIH es un derecho humano básico, por lo que ONUSIDA exige un compromiso global para eliminar las barreras que disuaden a las personas de someterse a las pruebas de VIH. Este compromiso debe abordar la supresión del estigma y la discriminación asociados al VIH, la garantía de confidencialidad en las pruebas y los servicios de tratamiento, el despliegue de una combinación óptima de estrategias de prueba del VIH para llegar a las poblaciones más necesitadas, la integración con otros servicios de salud, la supresión de las barreras normativas y jurídicas que dificultan el acceso a las pruebas y el tratamiento del VIH, la ampliación del acceso al control de la carga viral en países de renta media y baja, y la garantía de acceso al diagnóstico temprano de los neonatos.
El informe demuestra que la aplicación de estas medidas contribuirá en gran medida a garantizar que todas las personas que viven con el VIH o que están afectadas por el virus tengan acceso a los servicios necesarios para salvarles la vida.
En 2017, aproximadamente:
  • 36,9 millones (31,1 millones-43,9 millones) de personas en todo el mundo vivían con el VIH
  • 21,7 millones (19,1 millones-22,6 millones) de personas tenían acceso al tratamiento
  • 1,8 millones (1,4 millones-2,4 millones) de personas contrajeron el VIH
  • 940.000 (670.000-1,3 millones) personas murieron por enfermedades asociadas con el sida
ONUSIDA
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.orgy conecte con nosotros a través de FacebookTwitterInstagram y YouTube.
Fuente: ONUSIDA

DÍA MUNDIAL DEL SIDA: Semana histórica en la lucha contra el estigma asociado al VIH.

  • Este Día Mundial del Sida viene precedido por la firma del Pacto Social contra la discriminación y el acuerdo del Gobierno para eliminar el VIH como motivo de exclusión para el empleo público.
30 de noviembre 2018 –Es una semana histórica para el reconocimiento de los derechos laborales de las personas con VIH en España, sin ningún tipo de discriminación. El Gobierno español, mediante acuerdo del Consejo de Ministros ha acordado hoy la revisión de todos los cuadros de exclusiones médicas vigentes en la actualidad para el acceso a cualquier empleo público.
“Este acuerdo debe suponer el comienzo de una nueva época en la promoción de la igualdad de oportunidades en el acceso y mantenimiento del empleo para los y las trabajadoras con VIH”, declaró Ramón Espacio, presidente de CESIDA, “después de muchos años en los que podríamos considerar la respuesta al VIH en España como un éxito en el ámbito médico y clínico pero un fracaso en cuanto a la imagen social existente sobre esta enfermedad y sobre las personas afectadas por la misma”.
Hay más motivos para el optimismo. Esta semana la Ministra de Sanidad, Luisa Carcedo, y el Ministro de Interior, Grande-Marlaska, presentaron el “Pacto social por la no discriminación y la igualdad de trato asociada al VIH”, un documento que contempla asegurar que los certificados médicos no incluyan el estado serológico como indicador de enfermedad infecto contagiosa, garantizar el acceso a las técnicas de reproducción asistida y a la adopción, vigilar las situaciones de discriminación y reducir el estigma social.
Pero no todo son buenas noticias. España sigue manteniendo una tasa de detección de nuevos casos superior a la media europea, según el informe epidemiológico de 2017 publicado la semana pasada. Los datos finales de 2016 muestran que en España se produjeron 4.048 nuevos diagnósticos de VIH y en 2017 se han detectado 3.381 nuevos diagnósticos, a la espera de las notificaciones finales por parte de las comunidades autónomas, por lo que esta cifra aumentará.
La vía principal de transmisión del VIH es la sexual. Un 54,3% de nuevos diagnósticos son hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres (HSH), sobre todo en torno a los 35 años. Para reducir las infecciones, CESIDA recomienda implementar la PrEP (Profilaxis preExposición), una nueva estrategia de preventiva de alta eficacia, sin embargo, a día de hoy esta medida sigue sin estar disponible en España.  La PreP consiste en tomar antirretrovirales para que no se pueda producir infección por VIH. Recientemente el Ministerio de Sanidad ha hecho pública su intención de iniciar los trámites para que la PrEP se incluya en la Cartera Básica de Servicios, pero ahora es necesario que cada comunidad de adhiera a esta propuesta. “Es una cuestión de equidad”, recalca Ramón, “para que toda la ciudadanía española tenga garantizado el acceso a este tratamiento preventivo”.
El miedo a la discriminación es la mayor barrera para conseguir un diagnóstico temprano. El informe epidemiológico de 2017 muestra que el 47,8% de las personas fue diagnosticada tardíamente, lo que supone un riesgo para la propia persona de desarrollar enfermedades oportunistas y también eleva el riesgo de transmisión.
Durante toda la jornada las entidades de CESIDA realizarán actos en conmemoración del Día Mundial del Sida por toda España. En Madrid, se leerá un manifiesto centrado en estas reivindicaciones y se formará un lazo rojo con personas ataviadas con chubasqueros. Además, la directora Carla Simón acompañará en la lectura del manifiesto y presentará su nuevo corto “Después también”, que versa sobre el VIH y que ha escrito y dirigido para CESIDA, con la colaboración de Janssen.
Este acto tendrá lugar en el ayuntamiento de Madrid a las 11 horas y contará con la representación de partidos políticos, sindicatos y otros agentes sociales. Comenzarán el acto Javier Barbero, Delegado del Área de Gobierno de Salud, Seguridad y Emergencias y de José Antonio Benedicto Iruiñ, Secretario de Estado de Función Pública.
Fuente: CESIDA

SAL DE DUDAS.

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