Donostia.
La III Jornada de Enfermería Pediatra de Gipuzkoa sirvió para que la
enfermera María Collado diera a conocer las últimas novedades en el
embarazo de las mujeres con VIH positivo y para que les animara a
concebir un niño, ya que las posibilidades de que transmitan la
enfermedad a su bebé son "prácticamente nulas", aseguró. No obstante,
advirtió de que si el sida ya está desarrollado "sería inconsciente"
quedarse embarazada.
¿Qué posibilidades existen de que una madre con VIH positivo transmita la enfermedad a su bebé?
Casi el 100% de los niños no se ven afectados por el VIH. Ahora mismo existen tratamientos muy eficaces que posibilitan que estos bebés nazcan sanos. Desde que se empezó el tratamiento antirretroviral, la mayoría de los niños no se contagian de esta enfermedad, a pesar de que sus madres la tengan. En el momento en que la mujer seropositivo se queda embarazada, se establece un tratamiento a partir de las 16 semanas que se aplica, además, durante el parto y a lo largo de los 45 primeros días de vida del recién nacido. Si las cosas se hacen correctamente, no tiene por qué haber transmisión vertical.
Por tanto, el niño recibe el tratamiento desde que es un feto.
Sí y, aunque a veces nazca con anticuerpos de la madre que tienen el VIH, con el tiempo y los retrovirales los va perdiendo. A partir de los 18 meses ya se conoce si el niño está afectado por la enfermedad o no. No obstante, la transmisión del VIH es, en la actualidad, prácticamente nula.
¿Existe algún caso en Gipuzkoa de transmisión del VIH de madre a hijo?
Sí, pero no es común. Desde 1997 se han producido dos casos, ninguno más. En una de las situaciones ocurrió porque la madre ni siquiera sabía que era VIH positivo, por lo que no pudimos tratarla con tiempo. En el otro, sucedió porque no se respetó el tratamiento antirretroviral. Hay que ser conscientes de que, en casi once años, la mayoría de las madres ha tenido un niño que no se ha visto afectado por la enfermedad. Los datos son positivos y nos hace pensar que vamos por el buen camino.
¿Se le hace un seguimiento al recién nacido para observar su estado de salud?
Sí, por supuesto. El seguimiento no acaba cuando nace el niño sino que se prolonga como mínimo hasta los 18 meses. En este tiempo se puede definir si el bebé se ha visto afectado por el VIH o, por el contrario, está completamente sano.
¿Tienen miedo las madres afectadas por la enfermedad a quedarse embarazadas?
No, ahora ya no tienen el mismo temor que antes. Las mujeres con este problema son conscientes de que en casi el 100% de los casos la enfermedad se negativizará en su pequeño, por lo que esto les anima a quedarse embarazadas.
¿Cuántas mujeres con VIH han sido madres en el último año?
Todavía no hemos contabilizado los datos de 2008, pero desde 1997 hasta el pasado año han parido 96 personas. De todos estos embarazos, sólo en dos casos el niño se ha visto afectado.
¿Solicitan ayuda las madres afectadas por sida para contar a sus hijos su enfermedad?
Hay que diferenciar entre sida, que es cuando la enfermedad está desarrollado, y VIH positivo, porque son conceptos muy diferentes. Normalmente, a los niños se les va proporcionando información progresiva y paulatinamente según su edad. Cuando éste ya es consciente de lo que le sucede a su madre, suele ser más adulto y, normalmente, se lo toma bien.
¿Es común que las mujeres que tengan la enfermedad desarrollada se queden embarazadas?
Sería un poco inconsciente, en este caso, quedarse embarazada. No conozco ningún caso en Gipuzkoa que la madre se haya planteado tener un bebé si sabe que tiene desarrollada la enfermedad. Hace 20 años podría ocurrir por desconocimiento, pero ahora es casi inviable.
¿No se plantean esta posibilidad?
A veces sí. En esos momentos, se les hace una serie de pruebas que consisten en ver cómo tienen la carga viral y qué tratamiento requiere. Si quieren quedarse embarazadas se planifica pero no conozco ningún caso de una madre que esté desarrollando la enfermedad y que quiera tener un bebé.
¿Qué ocurre si se produce un embarazo no deseado?
Entra dentro del protocolo, si la madre quiere, una interrupción voluntaria del embarazo en el caso de que ésta tenga sida.
¿Qué avances ha habido en torno a esta enfermedad en los últimos años?
Ha habido muchísimos pero, sobre todo, más que en terapias antirretrovirales, lo que más se ha avanzado ha sido en la prevención para no pasar al niño la transmisión vertical.
¿Qué posibilidades existen de que una madre con VIH positivo transmita la enfermedad a su bebé?
Casi el 100% de los niños no se ven afectados por el VIH. Ahora mismo existen tratamientos muy eficaces que posibilitan que estos bebés nazcan sanos. Desde que se empezó el tratamiento antirretroviral, la mayoría de los niños no se contagian de esta enfermedad, a pesar de que sus madres la tengan. En el momento en que la mujer seropositivo se queda embarazada, se establece un tratamiento a partir de las 16 semanas que se aplica, además, durante el parto y a lo largo de los 45 primeros días de vida del recién nacido. Si las cosas se hacen correctamente, no tiene por qué haber transmisión vertical.
Por tanto, el niño recibe el tratamiento desde que es un feto.
Sí y, aunque a veces nazca con anticuerpos de la madre que tienen el VIH, con el tiempo y los retrovirales los va perdiendo. A partir de los 18 meses ya se conoce si el niño está afectado por la enfermedad o no. No obstante, la transmisión del VIH es, en la actualidad, prácticamente nula.
¿Existe algún caso en Gipuzkoa de transmisión del VIH de madre a hijo?
Sí, pero no es común. Desde 1997 se han producido dos casos, ninguno más. En una de las situaciones ocurrió porque la madre ni siquiera sabía que era VIH positivo, por lo que no pudimos tratarla con tiempo. En el otro, sucedió porque no se respetó el tratamiento antirretroviral. Hay que ser conscientes de que, en casi once años, la mayoría de las madres ha tenido un niño que no se ha visto afectado por la enfermedad. Los datos son positivos y nos hace pensar que vamos por el buen camino.
¿Se le hace un seguimiento al recién nacido para observar su estado de salud?
Sí, por supuesto. El seguimiento no acaba cuando nace el niño sino que se prolonga como mínimo hasta los 18 meses. En este tiempo se puede definir si el bebé se ha visto afectado por el VIH o, por el contrario, está completamente sano.
¿Tienen miedo las madres afectadas por la enfermedad a quedarse embarazadas?
No, ahora ya no tienen el mismo temor que antes. Las mujeres con este problema son conscientes de que en casi el 100% de los casos la enfermedad se negativizará en su pequeño, por lo que esto les anima a quedarse embarazadas.
¿Cuántas mujeres con VIH han sido madres en el último año?
Todavía no hemos contabilizado los datos de 2008, pero desde 1997 hasta el pasado año han parido 96 personas. De todos estos embarazos, sólo en dos casos el niño se ha visto afectado.
¿Solicitan ayuda las madres afectadas por sida para contar a sus hijos su enfermedad?
Hay que diferenciar entre sida, que es cuando la enfermedad está desarrollado, y VIH positivo, porque son conceptos muy diferentes. Normalmente, a los niños se les va proporcionando información progresiva y paulatinamente según su edad. Cuando éste ya es consciente de lo que le sucede a su madre, suele ser más adulto y, normalmente, se lo toma bien.
¿Es común que las mujeres que tengan la enfermedad desarrollada se queden embarazadas?
Sería un poco inconsciente, en este caso, quedarse embarazada. No conozco ningún caso en Gipuzkoa que la madre se haya planteado tener un bebé si sabe que tiene desarrollada la enfermedad. Hace 20 años podría ocurrir por desconocimiento, pero ahora es casi inviable.
¿No se plantean esta posibilidad?
A veces sí. En esos momentos, se les hace una serie de pruebas que consisten en ver cómo tienen la carga viral y qué tratamiento requiere. Si quieren quedarse embarazadas se planifica pero no conozco ningún caso de una madre que esté desarrollando la enfermedad y que quiera tener un bebé.
¿Qué ocurre si se produce un embarazo no deseado?
Entra dentro del protocolo, si la madre quiere, una interrupción voluntaria del embarazo en el caso de que ésta tenga sida.
¿Qué avances ha habido en torno a esta enfermedad en los últimos años?
Ha habido muchísimos pero, sobre todo, más que en terapias antirretrovirales, lo que más se ha avanzado ha sido en la prevención para no pasar al niño la transmisión vertical.
Fuente: taringa.net.
LA HISTORIA DE IVETTE
Ivette Gonzalez quiere que todo el mundo sepa que, con el tratamiento
apropiado, las mujeres VIH positivas no sólo pueden tener bebés sanos,
sino que tienen el derecho de tener bebés y que deberían ser tratadas
con la misma atención y respeto que toda mujer embarazada se merece.
Ella habla por su experiencia personal – Ivette es la madre VIH positiva de dos niños que están creciendo sanos y VIH negativos.
Ivette se enteró de que era VIH positiva cuando estaba embarazada con su primer hijo y no pudo creerlo. Estaba casada – y era una buena chica de campo. Ella recuerda haber pensado: “Esto no me puede estar pasando a mi. El SIDA lo contraen otras personas”. El bebé, una niña que ahora es adolescente, nació sana un mes más tarde.
Yvette viene de un pequeño pueblo de las afueras de San Juan, Puerto Rico, donde ella creció en una familia religiosa con siete hermanos. Su hermana Vimarie fue una de las primeras personas a quien ella le reveló su diagnóstico. Al principio, Vimarie no le quiso creer, ella recuerda haberle dicho “Estás bromeando, deja de decir tonterías”. Y a pesar de que Vimarie temía que la hija de Ivette fuera a nacer con el VIH, ella aprendió que no tenía que ser así necesariamente. Las mujeres VIH positivas con tratamiento y cuidado prenatal apropiados, pueden tener bebés VIH negativos. Si bien Vimaire sabía que otros habían rechazado a miembros de la familia con el VIH, nunca le pareció posible que ella pudiera hacer lo mismo con su hermana a quien amaba tanto. “El VIH nunca se interpondrá entre nosotras”, dice ella. En la actualidad Vimarie está estudiando para ser enfermera y espera educar a otros sobre el VIH.
Varios años después de que el primer matrimonio de Ivette se acabó, ella se enamoró de otro hombre. Si bien siempre usaron protección, ella quedó embarazada. El embarazo no fue planeado, pero ella sintió que era un regalo de Dios. Ivette estaba desconcertada con la reacción de algunos de sus vecinos. Personas a quien ella conocía de toda la vida la miraban con desprecio y cuestionaban su derecho a tener un bebé. La forma en que la trataron la enfadó mucho, “Quizás la gente crea que una mujer con VIH está demasiado cerca de la muerte, pero estoy aquí para decirte que una mujer VIH positiva puede dar vida.”
Hoy, Ivette está sana, trabaja y se mantiene ocupada criando a sus hijos. También se toma el tiempo para hablar con mujeres jóvenes sobre la prevención y el diagnóstico del VIH. Ella siente que es el ejemplo perfecto de que el VIH le puede pasar a cualquiera – ella era una persona que no creía correr ningún riesgo. También comparte su historia con gente enferma y deprimida. “Puedes recuperarte de cosas difíciles, incluso cuando piensas que no puedes hacerlo. Puedes vivir y te puede ir bien. Lo más importante es que entre tantas penurias encuentres el camino de la esperanza.”
Ella habla por su experiencia personal – Ivette es la madre VIH positiva de dos niños que están creciendo sanos y VIH negativos.
Ivette se enteró de que era VIH positiva cuando estaba embarazada con su primer hijo y no pudo creerlo. Estaba casada – y era una buena chica de campo. Ella recuerda haber pensado: “Esto no me puede estar pasando a mi. El SIDA lo contraen otras personas”. El bebé, una niña que ahora es adolescente, nació sana un mes más tarde.
Yvette viene de un pequeño pueblo de las afueras de San Juan, Puerto Rico, donde ella creció en una familia religiosa con siete hermanos. Su hermana Vimarie fue una de las primeras personas a quien ella le reveló su diagnóstico. Al principio, Vimarie no le quiso creer, ella recuerda haberle dicho “Estás bromeando, deja de decir tonterías”. Y a pesar de que Vimarie temía que la hija de Ivette fuera a nacer con el VIH, ella aprendió que no tenía que ser así necesariamente. Las mujeres VIH positivas con tratamiento y cuidado prenatal apropiados, pueden tener bebés VIH negativos. Si bien Vimaire sabía que otros habían rechazado a miembros de la familia con el VIH, nunca le pareció posible que ella pudiera hacer lo mismo con su hermana a quien amaba tanto. “El VIH nunca se interpondrá entre nosotras”, dice ella. En la actualidad Vimarie está estudiando para ser enfermera y espera educar a otros sobre el VIH.
Varios años después de que el primer matrimonio de Ivette se acabó, ella se enamoró de otro hombre. Si bien siempre usaron protección, ella quedó embarazada. El embarazo no fue planeado, pero ella sintió que era un regalo de Dios. Ivette estaba desconcertada con la reacción de algunos de sus vecinos. Personas a quien ella conocía de toda la vida la miraban con desprecio y cuestionaban su derecho a tener un bebé. La forma en que la trataron la enfadó mucho, “Quizás la gente crea que una mujer con VIH está demasiado cerca de la muerte, pero estoy aquí para decirte que una mujer VIH positiva puede dar vida.”
Hoy, Ivette está sana, trabaja y se mantiene ocupada criando a sus hijos. También se toma el tiempo para hablar con mujeres jóvenes sobre la prevención y el diagnóstico del VIH. Ella siente que es el ejemplo perfecto de que el VIH le puede pasar a cualquiera – ella era una persona que no creía correr ningún riesgo. También comparte su historia con gente enferma y deprimida. “Puedes recuperarte de cosas difíciles, incluso cuando piensas que no puedes hacerlo. Puedes vivir y te puede ir bien. Lo más importante es que entre tantas penurias encuentres el camino de la esperanza.”
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